RAMADÁN
Más o menos el día nueve de Diciembre, dependiendo de la luna naciente, comenzó el Ramadán. Para los más de 1.000 millones de musulmanes del planeta se celebra, durante este mes lunar, la revelación del Santo Corán a Mahoma. Es pues un tiempo de alegría para estos creyentes que encuentran en las enseñanzas del Libro Sagrado la luz para vivir cada día más y mejor sometidos a Dios. Puesto que el calendario musulmán es lunar, el Ramadán varía de un año para otro con respecto al calendario solar gregoriano seguido en Occidente.
Ayunar, abstenerse de disputas y obscenidades.
Del Ramadán los occidentales sólo conocen el aspecto más exterior: Desde el alba hasta que se pone el sol no se puede comer, beber ni mantener relaciones sexuales. Sin embargo el ayuno, que es una de las formas visibles de adoración, también puede romperse mirando y diciendo lo que no es debido. Con estos ejercicios de dominio de sí mismo el creyente musulmán manifiesta su veneración a Dios y su adhesión a la doctrina revelada en el Santo Coran al profeta Mahoma. Si bien los enfermos, los niños y los que estén de viaje pueden ser dispensados de este esfuerzo, la alegría de los que tras un día de privación rompen el ayuno, es tan grande, que todos quieren (los niños los primeros) unirse al gozo de los que se someten a Dios, no por el atracón si no por la alegría del que encuentra a su Señor en la obediencia a sus decretos.
Las noches de Ramadán suelen estar acompañadas por cenas festivas entre familiares y amigos en las que hay siempre un menú más extraordinario de lo habitual. A muchas personas este hecho les hace decir que los musulmanes se hinchan por la noche mientras durante el día hacen el fariseo; los que así piensan (o hablan) comparan, inconscientemente, el Ramadán con la Cuaresma. La gran diferencia entre ambos tiempos litúrgicos estriba en el hecho que para los musulmanes se trata (aunque no exclusivamente) de un mes de fiesta, por haber recibido de Dios el mensaje del Corán, y no es un mes de mortificación ni de penitencia principalmente, por lo que no es de extrañar que haya signos de fiesta como son banquetes, regalos, trajes nuevos, etc. En cualquier caso, para los musulmanes lo principal es la renovación de la fe durante este periodo. Para aquellos que busquen un equivalente en la liturgia cristiana, el Ramadán puede compararse con el Tiempo Pascual que se celebra durante 50 días tras la resurrección de Cristo.
Sin unanimidad.
La fecha del comienzo y fin del Ramadán no es la misma para todos los musulmanes. Para algunos depende de la visión de la luna (hay que verla realmente) por lo que en algunos países el Ramadán empieza antes que en otros, y dentro de un mismo país, según la climatología, pueden ser distintos los días tanto del principio como del final de estas fiestas. Para otros, basta con calcular simplemente cuando habrá luna naciente, aunque esta no sea avistada.
Finalmente, no hay que olvidar la fiesta dentro de la fiesta que es la Noche del Destino, y que no está precisada en el calendario musulmán. En ella se evoca la iluminación total de Mahoma al recibir el Corán. Los musulmanes suelen colocarla en las últimas noches del Ramadán. Se dice que cualquier petición del creyente sincero puede ser satisfecha cuando se hace en esa noche.
Musulmanes en España y Europa.
En España (y en Europa en general) los musulmanes de origen extranjero suelen comenzar el Ramadán siguiendo el calendario de sus países de origen (Marruecos, Senegal, Líbano, Malí, Siria, etc) pues es para ellos una forma de estar en comunión con sus seres queridos. Otros, los de origen español y los que llevan mucho tiempo asentados aquí, o simplemente los que quieren tener una referencia cronológica segura, seguirán la evolución de la luna tal y como se ve desde España.
En Europa hay más de doce millones de musulmanes y aunque la mentalidad popular los asimila siempre con extranjeros, la verdad es mucho más mitigada. Casi la mitad son viejos musulmanes europeos originarios de Bulgaria, Repúblicas ex-yugoslavas, Albania, Chipre , Rumania, Grecia y Turquía. Los nuevos musulmanes europeos en la Europa Occidental son magrebíes, negro-africanos (en España, Francia y Bélgica, por ejemplo) y pakistaníes e indopakistaníes (en el Reino Unido). No hay que olvidar que muchos de ellos han nacido en Europa y tienen la nacionalidad del país al que sus padres emigraron hace años.
En nuestro país el 85% de los musulmanes son marroquíes. También hay que incluir entre los nuevos musulmanes europeos a los Neo-conversos , es decir, aquellos de nuestros conciudadanos de pura cepa que han optado por el Islam como religión; aunque es difícil conocer su número exacto. No hay que olvidar a las comunidades musulmanas de Ceuta y Melilla a la hora de hacer el computo.
En España la revista mensual ENCUENTRO (c/ Alcalá, 41, 3º - 28014 Madrid) con más de 27 años de antigüedad, y siempre bajo la dirección del islamólogo granadino Emilio Galindo, se empeña en promover una imagen más nítida del Islam.
La presencia musulmana en nuestro país refleja una gran diversidad. Musulmanes procedentes de otros países (Senegal y Marruecos principalmente) junto a españoles musulmanes, siendo prácticamente todos de rito sunita. Diferentes corrientes espirituales coexisten dentro del Islam granadino, sin que la unidad fundamental de esta fe se vea alterada: Sufíes, Tidyans, Ahmadiya, Murides y Murabitas.
En algunas escuelas e institutos la presencia de alumnos musulmanes hace que se impartan clases de religión musulmana. Los locales destinados a la oración no son sólo mezquitas, también existen bajos y locales comerciales humildemente acondicionados y, a veces, pueden emplearse los pisos particulares de forma excepcional. Significativo también el hecho de que en la zona Norte de Granada, la parroquia Nª. Señora de la Merced (Tel. 958-15 21 23) organiza cada 15 días una charla coloquio para conocer el Islam. Elías Alcalde, el párroco, justifica esta iniciativa diciendo que es el cura que más musulmanes tiene en el territorio de su parroquia: Para mi es un deber conocer la fe de esta gente y el ayudar a cristianos y musulmanes a dialogar, para así construir juntos un mundo más fraterno.